Día 7. 4-8 Olbor-Preikestolen-Olbor (132)




Pasé una mala noche por el frío y la luz. El saco de verano  abriga pero había mucha humedad; por otro lado el color naranja de la tienda no es el más indicado para una latitud donde a primeros de agosto y a las 4 de la mañana ya pega el sol.

Insomne anaranjado.


Decido dedicar la mañana a visitar Preikestolen, no muy convencido poruqe sabía que era muy turístico y no quería aglomeraciones, pero hace un día de sol que asegura las vistas desde la cumbre.

Después de algo más de una  hora a buen ritmo, y por una ruta bien marcada  llego al mirador. Había bastante  gente y no era de extrañar puesto que las vistas son impresionantes.



Preikestolen.

Recuerdo que a las únicas personas que oí quejarse de la dureza de la ascensión fueron a unas voceras españolas que dieron la vuelta a la media hora, y eso que hay  paneles cada poco informando del tramo recorrido y el que queda por recorrer.
 

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604 mts de pared vertical.
 Vértigo.
  



















                     




















 A mediodía decidí regresar al camping para ver si estaba libre una cabaña y pegarme un baño en la playa. Al final me instalo en la primera cabina del viaje y charlo con mis vecinas noruegas las cuales a sus 17 años ya se conocían bastante bien Canarias y Mallorca.


Primera cabaña del viaje.


Me fui a pegar un baño a la playa. El agua estaba bastante fresca para un asturiano (16º), pero lo disfruté. Después de una ducha fui a visitar un bunker alemán del muro atlántico y el puerto del pueblo. De cena me hago unos spaghetti y al catre, que al día siguiente hay que continuar hacia el norte.
 

Playa de Olberg.





Los michelines censuraos.

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