Día 30. 27/8 Endingen- Marckolsheim- Endingen (15)




Me levanto temprano a desayunar y coincido con todo el "inserso" alemán en el comedor, por lo que tuve que compartir mesa con la más vieya de todos; casi le tengo que untar la tostada… del guten morgen no pasamos.



Museo francés de la Línea Maginot.Casamata Marckolsheim 35-3




Impactos sobre torreta blindada. Casamata 35-3


Lo primero que hice fue coger la moto e ir a visitar el museo Maginot que estaba  a 6km del hotel, en Francia, al otro lado del Rhin. Me esperaba más: era muy temprano y ya sudando como un burro en la moto, por lo que decidí abandonar el plan de visitar un castillo alemán (tenía ganas).  Así que colgué la ropa de moto, me puse un pantalón corto, playeros y a la oficina de turismo a por información.

 

Endingen.


La paisana  sabía  muy poco de inglés y eso que decía que “a little“, en fin, que lo único que le saqué fue un sitio donde me podían alquilar una bici. Voy para la tienda y está en obras pero entro por otro lado y me atiende un bollazo teutón de unos 35 años muy simpática y deportista. Me dijo que no alquilaban bicis pero se apiadó de mí y me alquiló una de prueba  marca spezialized de descenso  (que debe de costar un pastón) por 10€, que es mucho, pero la bici vale lo que vale y era la mejor opción deldía.



Adapté un tetrabrick para poder hidratarme.


Recorrí hasta las 3 por la infinidad de caminos que hay para bicis cruzándome con  todo gente mayor (+ de 60) en bici y tan felices, la verdad es que vaya sanotes que parecen los jubilados alemanes (tipo Cocoon).
     


Creo que prohíbe hacer fuego.
Perros controlados.






























Al final decidí subir a una capilla que está en la colina más próxima y menuda paliza me metí. Además había comido una megaensalada y tarta que me llenaron mogollón. Vamos, una burrada de las mías.

En la subida utilicé al máximo el antimosquitos que no había utilizado en Laponia, y aún así me picaron.






Girasoles alemanes miopes.

La capilla (Katharinen Kapellen) bastante cutre,  la subida merece la pena por ver el bosque y … si lo bajas en una bici como con la que alquilé. Puse más blanda la suspensión y menuda maravilla la bajada. Los frenos de disco frenaban igual que los de la moto y los baches ni los sentías. Tuve que cortarme con el descenso porque no llevaba ningún tipo de protección (ni casco).


Bosque Buchenwald.

Devolví la bici y a pegarme una ducha al hotel. Según estoy en slip y con el cepillo dental en la boca  abre la puerta de la habitación la gobernanta para traerme la ropa que me había lavado y se lleva un susto al verme ¿?. Me sentí como el Celtíbero Español Alfredo Landa en los 70. Me acojoné un poco porque no era precisamente  el bollazo de la tienda de bicis, esta gobernanta tenía más espaldas que yo y parecía que me podía gobernar.


Hotel Pfauen.

Me fui a cenar a un italiano spaguetti a la carbonara.
La mamma simpática,  y lo de siempre. du yu espikinglis?/Néin/Spaguettis?/Ja, Ja… y a cenar.

Vuelvo al hotel y ya tenía el resto de la ropa planchada en la cama. El problema es que no había recogido la habitación al salir y la tía debió de flipar con el despliegue de ropa, maletas, cámaras...
                    

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