Día 17. 14/8 Tromso-Hammerfest. (378)



Estoy echando cálculos y no me sobran unos días para seguir el plan trazado (un par de ellos libres incluidos). La única condición es que tengo que estar el día 23 en Helsinki para coger el ferry reservado rumbo a Alemania.

Hoy fue el peor día del viaje (espero que no haya más). Ley de murphy.

Maravilla de rutina, ver paisajes como este todos los días.

Para atajar y aprovechar el día cogí una ruta con 2 transbordos de ferry. Según voy a por el primero me percato de que estoy en reserva, pasan los km, no aparece ningún surtidor… y me empiezo a preocupar. La chica que cobraba en el primer ferry me dice que la siguiente gasolinera está a unos 35 km. Hago migas con un noruego que me confirma que llegamos por los pelos para coger el ferry y una vez que le cuento mi problema con la gasolina me dice que irá detrás de mí por si me quedo sin combustible (qué majo). Finalmente encuentro la gasolinera y me pongo a llenar el depósito con prisa porque podía perder el siguiente ferry y sería hora y media de espera en un mini-muelle.



Hidratándome en la espera del ferry.

Primero compruebo que no tenía problemas de combustible puesto que tenía el tanque a la mitad (como para hacer 200 km) y fue despiste mío al ponerse a cero el contador parcial 100 km antes [los que tenéis la ternera me entenderéis]. Después resulta que la cajera se confunde y me tiene esperando 15 minutos hasta que llega la encargada y me devuelve en metálico lo que me habían cobrado de más.  Salgo escopetao y veo el ferry soltando amarres  en el muelle…en fin. Me tomo un pastel para hacer tiempo y se pone a chispear,  a continuación el único paisano que hay en 2 km a la redonda se pone a fumar a 10mts  de mí y el viento hace que lo tenga a mi espalda. Por lo visto hoy no era el día de pasarlo bien. Como no, una vez comenzado el pilotaje después de cruzar con el segundo ferry se pone a llover y vuelta a poner toda la armadura. Me apetecía hacer fotos pero solo por no tener que parar y volver a poner y quitar cosas pasé.



Paisaje y casco del ferry.



Llegué a Alta sobre las dos, después de disfrutar con la carretera que hay antes de llegar a la ciudad. Me pasan, y se desvían, el catalán y el asturiano que subían al Cabo Norte.


Fiordo de Alta.


Ya se nota que la orografía empieza a cambiar a medida que entras en Finnmark.

Visité el museo de Alta con un recorrido donde se ven un sinfín de petroglifos,  patrimonio de la humanidad por la UNESCO (recomendable).


Petroglifos de 6000/8000 años.



Primeros artistas de la zona.


En plena curva, un par de italianos dejan su autocaravana para fotografiar a los primeros renos que veo y casi arman un accidente de escándalo. A partir de aquí me empiezo a cruzar con renos cada poco y compruebo que son peligrosos porque al pasar se asustan y lo que suelen hacer es cruzar la carretera como las vacas.

En cuanto se sube el primer puerto después de Alta, el paisaje cambia por completo a la taiga-tundra, aparecen tienda de souvenirs de los lapones y empiezo a ir por rectas kilométricas desoladas y viento frío… justo lo que iba buscando.


Llegando a Hammerfest.


Continua puesta de sol.


 Finalmente llego a Hammerfest donde tengo dos renos delante de la cabina (son como los gatos, los hay por todas partes). La ciudad más septentrional del mundo (eso dicen) poco tuve para ver, es industrial. Me quedo con las ganas de ver el museo de la reconstrucción… de la 2ªWW.


Hammerfest.


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